Se trata esta de una serie cuyo argumento principal es el desarrollo de la relación entre una madre soltera y trabajadora y su hija adolescente. Ambas viven en un pueblecito pequeño y acojedor de USA y todos sus vecinos son amables y complacientes, pero no exentos de excentricidades.Entre los personajes más destacados en cuanto a la relación con nuestras protagonistas están una cocinera patosa y simpática y el dueño de la cafetería que frecuentan gruñón aunque entrañable. Por otro lado viviendo en otra zona destacan los padres y abuelos de las dos protagonistas. Unos ricachones bastante snovs.
Hasta aquí la descripción no puede ser más tópica y sonar más a la típica serie adolescente, pero os aseguro que ahí se acaba lo común y habitual en la serie.
Tanto la madre como la hija no son precisamente prototipos o clichés. Las conversaciones entre ambas son con diferencia lo mejor de la serie, ya que el guión es el gran arma de la serie de la que estamos hablando.
La niña es interpretada por Alexis Bledel, a la cual conocereis como la prostituta de los ojos azules de Sin City y es el hilo conductor de la historia. Esta comienza con su cambio del instituto del pueblo a Chilton, un colegio privado de alto nivel de preparación con el que podrá conseguir su sueño de ir a Harvard.
La vida de madre e hija está profundamente marcada por su residencia en Stars Hollow, pueblo creado por los guionistas como una parodia de como se supone la vida americana en un pueblecito, dulce y acogedor. Semana sí y semana también tienen alguna festividad, se reunen habitualmente para tratar los temas del pueblo y hacen continuas sesiones de cine o representaciones. Por supuesto madre e hija son partícipes habituales de todo este tipo de actividades comunales, pero lo hacen siempre con un punto de vista ácido y crítico.
El sentido del humor como forma de vida es el punto clave a transmitir en esta historia. Tanto madre como hija reducen al absurdo cualquier situación y en esta situación extreman el razonamiento. Desde luego no es una serie para disfrutar todo el mundo, pero si este tipo de humor os hace gracia, la disfrutareis.
Otro punto destacable es la cultura como arma y solución de problemas, tanto madre como hija tienen unos conocimientos de música, cine y libros sorprendentes. Vale la pena ver la serie aunque sólo sea para usarla como referencia cultural. Eso sin hablar de la mejor amiga de Rory, Lane, una surcoreana melomana, que habla de música de manera que sólo unos cuantos en el mundo podrían.
La relación de Rory y Lorelay con los abuelos es uno de los puntos fuertes de la serie. A la nieta la adoran, mientras que a su hija le reprocharán eternamente el haberse escapado y ocuparse de todo ella sola echando por tierra las esperanzas que tenían en ella. Durante el transcurso de la serie surge el compromiso por parte de las chicas de ir a cenar con los abuelos todos los viernes. Estas cenas se convertirán en una de las mayores atracciones de la historia.
Rory a pesar de ser lo que se entiende por “una niña buena” y de ser más inteligente y madura que la mayoría de la población de su edad, tiene una vida típica de adolescente, pero esta es abordada de manera mucho más entretenida y ácida que lo habitual.
Para que os hagáis una idea de la repercusión que tuvo esta serie en USA, cuando esta finalizó en su sexta temporada una página web sacó una iniciativa para hacer una temporada más de la serie más votada entre un montón de candidatas y «Las chicas Gilmore» o sólo ganó y se hizo una séptima temporada, casi podríamos decir que arrasó en la encuesta.
Como he dicho antes, no creo que sea una serie fácilmamente disfrutable por todo tipo de público, pero merece que se le de una oportunidad para acostumbrarse a los diálogos locos y frenéticos que puedenresultar agobiantes en un princpio, pues es una de esas series de las que no puedes ver sólo un capítulo.
Serie disttinta y original, con un humor inteligente y un sinfín de referencias culturales americanas de todo tipo.
Nota: 84/100
Lendria